Arquitecto: José Ángel Nieto García Ubicación: El Casar de Escalona, Toledo, España Promotor: Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha Fecha de concurso: Octubre 2007 Fecha de proyecto: Marzo 2010 Fecha de terminación: Setiembre 2011 Superficie construida: 2600 m2 Fotógrafo: Emilio Fernández
Es más, es una oportunidad para ofrecer al niño un entorno cuidado y cargado de intenciones que dejen en él la huella, la memoria, de un universo hermoso y posible. Lo esperanzador es pensar que esta memoria le acompañará e inspirará el resto de su vida de manera real aun con mayor o menor conciencia.
Esta actuación en concreto consiste en la reforma y ampliación de un colegio de posguerra en un pueblo de la provincia de Toledo. La reforma plantea la comunicación entre los dos edificios preexistentes a nivel de planta primera y la construcción de marquesinas de acceso aprovechando algunas estructuras de porche existentes y resolviendo el resto por medio de estructuras metálicas de pilares redondos y vigas de sección en H y losa vista de hormigón. Un muro bajo de color rojo limita la zona de juegos al tiempo que soluciona diferencias de cota.
La ampliación se organiza en prismas de ladrillo esmaltado de colores lisos y textura brillante que se deslizan ligeramente unos sobre otros para generar accesos, retranqueos y porches. Se buscan siempre geometrías limpias y rotundas en las que las líneas, el color y la textura del material sean protagonistas. Por este motivo estos prismas se preservan de todo elemento accesorio de modo que las ventanas necesarias para iluminación y ventilación de las aulas se lean como fisuras corridas de acabado metálico y los accesos desde el edificio preexistente se lean como huecos excavados, grandes y profundos.
El acceso para las aulas de educación infantil, diferenciado del resto de accesos y a un nivel inferior, se produce bajo una marquesina también prismática de chapa blanca con gruesos pilares de colores de diferentes diámetros que convierten el hecho de entrar en una pequeña aventura o un acto lúdico.
En el interior continúa la presencia de volúmenes de colores vivos y textura brillante, utilizando azulejos esmaltados, jugando con los reflejos y el cromatismo para hacer del colegio un artefacto a medio camino entre el juguete y la joya.